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martes, 1 de febrero de 2011

Se extraviaron los taxistas por el GPS

Protestar, un verbo que cada vez se vuelve más frecuente y va afectando considerablemente la existencia de otro, concertar. Que las personas se hagan sentir cuando están en desacuerdo por alguna medida no es malo, lo que no se puede aceptar es la forma de hacerlo y mucho más si con sus protestas están afectando la tranquilidad y el bienestar de los demás habitantes.
Es lamentable que las administraciones cedan fácilmente a las peticiones de los que desean tumbar alguna medida por la cual se sienten afectados. Las cosas se deben conversar, analizar desde todos los puntos de vistas y así definir qué es lo más importante para el público en general y no para una minoría, siempre será más importante la mayoría que el beneficio particular.
Hoy me quiero referir a la desatinada protesta que promueven algunos taxistas por la obligatoriedad de usar e instalar el GPS en sus vehículos. Esta tecnología que cumple con múltiples beneficios: más ágil movilidad en las vías, por seguridad se pueden ubicar en cualquier momento, no requieren del radioteléfono que se vuelve cansón todo el día ese sonsonete y uno que me parece fundamental, el GPS le permite “encontrar” más fácilmente una dirección, porque no hay cosa más aburridora que subirse a un taxi cuyo conductor no conoce la ciudad, este sistema lo lleva a donde quiera.
Este sistema de ubicación satelital tiene un costo para los conductores de un poco más de mil pesos diarios, para ellos eso es mucho, pero no recuerdan que el municipio de Medellín autorizó una tarifa muy superior, costo que asumimos los usuarios y que con 100 pesos de cada carrera pagan este aparatico que los ubicará mucho mejor.
No se nos puede olvidar que la sobreoferta de taxis hace que ellos busquen las carreras de cualquier forma, por eso crean centros de acopio en cualquier lugar, hacen giros prohibidos para “coger” una carrera, con este sistema ayudarían a organizar el tránsito de la ciudad, no son los únicos responsables del caos vial, pero si son de los principales protagonistas de este desorden que mantiene estresado a todo el mundo.
Una de las razones para no aceptar este sistema es el desconocimiento de su uso, es decir, el miedo a la tecnología. Es un tema complicado, estos cambios generan temor, pero no son razón justificable para no aceptar que las herramientas cambian, avanzan y que no aceptarlo es querer seguir viviendo en las cavernas, hay que salir de ellas y dejar que el GPS los lleve al futuro, porque sin este sistema definitivamente seguirán en la oscuridad y nos tocará a los usuarios buscarlos a los taxistas con lupa, porque seguirán extraviados y atropellados por los nuevos sistemas de orientación. De-Lógica, no?

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