Muchas personas conocimos la urbanidad de Carreño, un venezolano que enseñó a muchas comunidades a comportarse en diferentes aspectos de la vida diaria, desafortunadamente ese brillante documento hoy en día es historia. En la actualidad la urbanidad es los Simpson, de doña Gloria, de las personas más ordinarias que puedan existir en la tierra, con excepciones claro está, no todo es malo en el sentido de la formación y la educación, afortunadamente hay quienes conocen qué es cultura y cómo vivir en comunidad.
Para hablar de cultura debemos tener claro que hay casos más graves que otros y todo depende del punto de vista que tengamos o de los intereses que manejemos. Posiblemente para una persona sin educación que no encontró otra actividad para desempeñarse laboralmente que la de conducir un vehículo de servicio público, su cultura es muy buena, no le afecta para nada conducir como loco, tirarle el carro a los demás, parar en cualquier sitio, pasarse semáforos en rojo, hacer giros prohibidos, entre otras infracciones más. Para él eso no está mal, es su cultura, pero se nos olvida que aparte de la cultura debemos tener respeto por la cultura de los demás y por las normas que nos rigen, así no estemos de acuerdo o consideremos que nos afectan negativamente, ley es ley.
No podemos seguir viviendo en la cultura del individualismo, una cultura donde solo vemos los errores de los demás, pero yo soy perfecto. Una cultura donde mis derechos son fundamentales, pero mis deberes tal vez.
· Hoy en día la gente se preocupa más por ganar él, sin importarle si el otro pierde.
· Nos preocupamos más por ser los primeros, sin importar cómo.
· Estamos constantemente pensando en TENER, sin importar contra quién o contra qué deba luchar. (Tantos políticos “honestos” en las cárceles por dejarse llevar de una ambición desmedida)
· Hoy vendemos licencias de conducción, de construcción, de lo que sea, porque con plata todo se puede, pero no miramos las consecuencias de estos actos.
· Hoy no hacemos parte de ninguna agremiación o grupo social si este no me da nada, porque yo solo quiero beneficios sin hacer el más mínimo esfuerzo.
· Hoy los jefes quieren empleados autómatas que sean felices en sus trabajos sin importar cómo se porta el superior con ellos o qué hace la empresa por hacerlos sentir bien y valorados como funcionarios de mi institución.
Son muchos los casos donde vemos más lo que me conviene, que lo que le conviene al prójimo. Primero yo, segundo yo y tercero yo, sí, como lo escribí con la Y, porque no hay cuarto, solo están esos tres Yo´s y punto.
Los padres de familia deben educar mejor y ver con quién se relaciona mi hijo y cómo está creciendo. Pero nos metieron este cuentico: “yo quiero que mi hijo(a) tenga lo que yo nunca tuve” y como este es mi ideal de vida, no importa cómo, no importa qué haga, no importa con quién lo haga, no importa si está afectando a alguien, nada importa, porque mi mayor preocupación es que sea feliz en un mundo con más de 6 mil millones de habitantes, pero lo educamos en un mundo donde solo están mis hijos y unas pocas personas más, muy pocas.
Los medios de comunicación se dedicaron a mostrarnos lo peor de la especie humana, cómo roban niños, cómo violan, cómo maltratan y se les olvida que hay gente muy valiosa que hace cosas fundamentales por nuestro país, pero es que estos colombianos ejemplares no “venden”. Pero ¿saben qué vende?, lo que los medios quieran hacer noticia, porque ellos nos quieren imponer a como dé lugar SUS noticias y nosotros como entes debemos seguirlos sin decir nada. (Gracias a Dios existen los decodificadores que graban el programa o noticiero y si no me interesa una noticia no la veo, lo adelanto o simplemente veo otro programa)
Si no pensamos en volver a la Urbanidad de Carreño, a pensar que no estamos solos en este mundo, que no podemos seguir siendo tramposos en la vida, que debemos ver con ojos diferentes al ser humano, porque si yo respeto las normas, si motivo a la gente a que me respete, el tema de la tolerancia, que seguirá siendo muy importante, no tendrá que estar primero que el respeto, porque allí radica todo, respeta y serás respetado y si eres respetado, para qué despelucarnos pensando en ser tolerantes, no me darán motivo de ira ni de furias, simplemente viviremos en armonía y en el mismo planeta. De-Lógica, no?