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miércoles, 18 de enero de 2012

La poca cortesía virtual


Desde hace más de un mes no escribo en mi blog, las fiestas de diciembre, el cambio de ciudad de residencia, organizando mi futuro, en fin, son muchas las excusas que tengo para no haber escrito en un lapso muy largo.
Hoy regreso, pero desafortunadamente no con un tema ameno, pues a propósito de mi cambio de residencia, he estado enviando cientos de email a empresarios de la región con el objetivo de dar a ofrecer mis servicios como conferencista, consultor y comunicador y me he llevado una muy ingrata sorpresa, la gente no responde sus email, ojo, le he escrito a personas que me conocen y a otras que no.
Que fea costumbre esta, alguno tienen una respuesta automática que dice más o menos así:
“Muchas gracias por escribirme, muy pronto le responderemos su mensaje”
Y el tiempo pasa… y sigue pasando… y ninguna respuesta llega.
Otros le responden a unos directamente y dicen, “Hombre Luis, gracias por tu mensaje, lo leeré con calma y te respondo”… el tiempo pasa…, la calma sigue y no llega nunca la respuesta.
Y los “más formados” en ética virtual, nunca responden nada. Se queda uno pensando, ¿Será que tengo mal el correo? O ¿Tengo problemas con el Internet?
Es una muy fea costumbre, que desespera, desestimula, en otras palabras aburre. Obviamente hay de los que siempre te responden, te resuelven las dudas, a favor o en contra pero lo hacen, de esos necesitamos muchos más.
Considero que esto tiene muchas soluciones:

  1. Tómese el tiempo para responder correos, sea amable y tenga una mejor cortesía virtual.
  2. Si le llegan muchos mensajes y no le alcanza el tiempo, entonces consiga una persona que le ayude a responder, no es el ideal, porque los mensajes son personales, pero al menos le mantiene la bandeja limpia.
  3. Escriba una respuesta automática y dígale a los remitentes que solo responde mensajes MUY importantes, así sabré si el mío es o no, si no lo es, lo borraré de mi lista de contactos y termino con el suplicio de ambos de escribirle y usted verse en la penosa obligación de responder sin ganas.
  4. No tenga email, que las personas que le quieran escribir lo hagan como en el pasado, por carta impresa y con firma en original. (Aunque es posible que tampoco las responda)
La cortesía se mide en muchos espacios de la vida de los seres humanos y saber utilizar el correo electrónico es una de ellas, así que piense usted cómo lo usa, le sirve, no le sirve, lo mantiene lleno, nunca lee, no tiene celular con internet para adelantar mientras viaja, entonces piense qué le pasa a usted con las relaciones públicas que maneja. (Ojo, si tiene un BB o cualquier aparato que le permita leer sus correos desde cualquier sitio, por favor, no lo use en el carro, los carros no son una sala de chat y mucho menos si usted es el conductor)
Amigos de este blog, gracias por esperarme, seré más cortés y les escribiré con mayor frecuencia, y si me escriben comentarios a mi email se los contestaré, de eso pueden estar seguros, porque yo soy un convencido de que la etiqueta existe en todas partes. De-Lógica. O no?