Que tristeza ver cómo se hace política
en mi país, ver cómo hemos perdido la posibilidad histórica de tener un país
unido a tener un país absolutamente partido en tres grupos, dos de ellos de
seguidores a candidatos y el tercero de seres humanos aburridos de ver cómo
unos pocos desunen con sus ambiciones personales, me explico.
La deslealtad, el ser desagradecido
e hipócrita, ha traído como consecuencia que un país que podría estar unido en
torno a una persona, hoy se encuentre convertido en una división absoluta, pues
cuando Juan Manuel Santos, exministro del gobierno de Alvaro Uribe aceptó ser candidato
a la presidencia había liderado hechos muy importantes para el país, como dice
en su biografía de Wikipedia: “Como
ministro la Fuerza Pública colombiana dio los golpes más certeros a las FARC en
su momento. Tal es el caso de la muerte de alias el "Negro Acacio",
alias "Martín Caballero", alias Raúl Reyes en la Operación Fénix la
desmovilización de alias "Karina" y la liberación de la ex candidata
presidencial Íngrid Betancourt, tres estadounidenses y once militares y
policías secuestrados en la llamada Operación Jaque” Pero él se ha jactado
de repetir en su campaña “Que con el gobierno anterior estuvimos muy cerca de
la guerra”
Adicional a esta cantidad de
hipocresías, también fue el abanderado de una lucha frontal contra Venezuela y
acuñó un conflicto personal con el presidente de Ecuador, Rafael Correa, como
dice en Wikipedia: “Durante su campaña,
fue atacado por los gobiernos de Rafael Correa de Ecuador y Hugo Chávez de
Venezuela con insultos, amenazas de guerra e invitaciones a no votar por
Santos. Estas declaraciones se dieron luego de que dijo que se sentía
"orgulloso" de haber ordenado el bombardeo en territorio ecuatoriano
como ministro de defensa contra el campamento de las FARC, durante la denominada
Operación Fénix. Dicha operación generó la crisis diplomática de Colombia con
Ecuador y Venezuela de 2008, revivida un año más adelante por el acuerdo
militar entre Colombia y Estados Unidos de 2009. Juan Manuel Santos siempre
llamó a la cordura, a las buenas relaciones con los vecinos y rechazó la
injerencia de países extranjeros en las elecciones internas de Colombia”
Estas situaciones, decir que “El
Gobierno anterior”, lo califica como un ser con poco o nulo interés por la paz,
porque esta no es solo el conflicto con un grupo armado, también es la paz entre
colombianos, en los hogares.
La mayoría con que ganó en el
2010, gracias al padrinazgo de Uribe, se esfumó desde el mismo discurso de
posesión, cuando desde allí comenzaba a trazar la traición que tendría con las
banderas que lo eligieron y comenzó a cambiar lo hecho en los 8 años que le
precedieron en la presidencia.
Hoy en día la disputa por el
poder está entre dos candidatos, ambos ahijados del expresidente Alvaro Uribe
Vélez, por eso digo que si la deslealtad no existiese en el diccionario de
Santos Colombia estaría unida en más del 90 por ciento, porque ambas fuerzas
estarían jalando para el mismo lado, pero lo que podría ser un país de la U, de
Unidad, es un país dividido, convertido en dos polos opuestos.
La campaña presidencial ha sido
triste, baja en ideas y alta en acusaciones, no se mira qué ofrezco yo como
candidato, si no qué hace mal el otro. Desvirtuar es más importante hoy en día
que ganar adeptos con ideas.
No estoy seguro de cómo sería una
presidencia de Oscar Iván Zuluaga en la presidencia, tampoco podría asegurar
que no traicione a Uribe, pues como lo he dicho en artículos anteriores “los
únicos que heredan el trono son los monarcas” y acá en Colombia eso no existe.
Ojalá que Zuluaga tenga más valores que los de Santos, porque de no ser así,
qué podemos pedirle a las generaciones futuras, si el ejemplo es hipocresía,
deslealtad y traición?
Le pido a los dos herederos del
Uribismo, que acepten el resultado final, que gane el que gane dejen gobernar.
A Uribe, que se dedique a hacer desde el Senado y que también deje gobernar,
que él ya fue presidente y que el que llegue debe tener autonomía para dirigir
este país.
Es apenas obvio que apoyo a
Zuluaga, no por ser la mejor opción, pero como lo he dicho siempre, Santos
nunca fue para mí la persona que requería Colombia, nunca voté por él, nunca lo
haré y siempre será para mí un ser ambicioso y peligroso para su país, por eso,
porque creo que los valores humanos son más importantes que cualquier cosa le
digo NO a Santos, no a este ser falso y desleal.
Quiero que Colombia tenga paz,
quiero que el perdedor acepte la derrota y el ganador sea humilde y haga uso de
lo bueno del perdedor, porque si no es así va a ver un gran perdedor, Colombia.
Por último, no será que el Papa
Francisco invita al vaticano a Uribistas y Santistas y los pone a orar juntos?
Con estos hechos y con una paz nacida en el corazón de nuestros líderes es que
alcanzamos el progreso que Colombia necesita y puede tener. De-Lógica. ¿O no?