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miércoles, 12 de enero de 2011

Medellín tendría un alcalde por menos de un año

En los últimos días ha venido circulando una versión en la cual se dice que el alcalde de Medellín estaría inhabilitado para ser la primera autoridad de la ciudad y por este motivo sería destituido y sancionado por esta falta grave. Según algunos abogados violó los artículos 37, 38 y 39 de la ley 617 de 2000, los cuales hablan de la imposibilidad de ser alcalde electo si durante los últimos 24 meses de la elección fue alcalde encargado.
Es probable que se haya violado esta ley, pero la pregunta que ronda en el ambiente es, ¿Le conviene a Medellín un alcalde por menos de un año? Salazar ha sido criticado en múltiples ocasiones, se le acusó de haber obtenido el favor del electorado con el apoyo de grupos al margen de la ley, tema que la justicia determinó no tenía asidero y lo declaró inocente.
Al alcalde Salazar se le han hecho juicios por muchos temas, pero ninguno lo ha declarado culpable. Pero estas investigaciones son una cosa, lo otro es un tema que no se puede ocultar, Salazar ha sido de los peores alcaldes que ha tenido la ciudad Medellín, veamos algunos aspectos por los cuales se le considera mal burgomaestre:
1.       No ha podido enfrentar la ola de violencia en la ciudad. Medellín venía de épocas en donde caminar por el centro era seguro, hoy en día regresaron los carteristas, los robos de celular y muchos temas más de inseguridad que Salazar no ha logrado enfrentar.
2.       El caos vehicular en la ciudad es total. Desde hace muchos años se implementó el pico y placa en la ciudad para mejorar la movilidad en la capital antioqueña, medida que no ha sido tan positiva como se quisiera. Adicional a este tema el alcalde y sus secretarios han sido incompetentes para administrar la red de semaforización, la ola verde que se habló en alguna época ya no existe, hoy en día hay semáforos en cada cuadra y uno pasa a verde, pero el siguiente está en rojo, esto hace que el avance sea mínimo y se tenga que detener constantemente.
Adicional a este tema el tránsito municipal es incompetente para hacer respetar las normas de estacionamiento en vías públicas, es así como avenidas de dos carriles como la 30 se conviertan en uno solo por la cantidad de vehículos que estacionan sobre la vía. No hay quien haga respetar las normas.
Los motociclistas no tienen leyes, se pasan los semáforos en rojo, transitan entre los carros sin precaución, generando de este modo accidentes constantes que se podrían evitar.
3.       Las licencias de construcción no tienen ninguna planeación ni control, se hacen edificios nuevos en zonas de alto riesgo, con condiciones de seguridad mínimas y adicionalmente con obstaculización de las vías por varios meses sin ninguna regulación, no hay autoridad que les haga respetar las normas.
4.       El aseo de la ciudad se ha deteriorado, anteriormente conocíamos a nuestra ciudad como la “Tacita de Plata”, hoy en día seguimos siendo lo primero, pero lo segundo no.
5.       Nuestro alcalde, Comunicador Social, no le gusta la vida pública, no asiste a casi ningún evento. Esto demuestra una desidia absoluta por ser un líder visible, que le gusta hacer parte de actos y celebraciones en la ciudad. Su inasistencia a actos de ciudad lo dejan muy mal parado.
Es increíble como con la llegada de un mal administrador se generan cambios en la forma de actuar de los diferentes funcionarios, un buen administrador, líder positivo, hace que todo funcione bien, pero desde el momento en que Salazar asumió el poder todo cambió, para mal, que es peor.
En el 2007, durante las elecciones de octubre, se habló mucho del “sucesor” de Fajardo, que su “heredero” seguiría todas sus obras, desafortunadamente esta clase de sucesiones solo se presentan en las monarquías, las cuales son preparadas todas las generaciones para gobernar, en nuestro caso eso no se ve. No podemos votar por herederos, porque no es lo mismo, nadie es igual al otro y lo hemos visto en muchos casos.
Volviendo con la posible salida de Salazar, soy consciente de lo mal alcalde que ha sido, pero lo peor que nos puede ocurrir es que lo cambiemos, en octubre elecciones y en enero nuevamente otro nuevo mandatario para Medellín. Creo que es mejor que nos aguantemos este tiempo el que tenemos y en octubre votemos con conciencia, pensando que el candidato de nuestra predilección sea honesto, buen administrador, que tenga una hoja de vida con hechos concretos y acciones claras.
Dejemos que el alcalde termine su período en paz y mientras tanto busquemos el alcalde que nos lleve a recuperar el liderazgo que hemos perdido en el país, porque con un buen alcalde seremos tan pujantes como en el pasado, tendremos seguridad, educación y una ciudad más digna para todos. De-Lógica, no?.

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